La genealogía como camino de sanación
“La genealogía es el eco viviente de mil ancestros que me amaron, que lucharon y soñaron, que las almas susurran en nuestra sangre la historia eterna de quienes fuimos y de lo que aún podríamos ser”.

Adriana Suriano habla de genealogía con la misma emoción con la que se recuerda a un ser querido. No lo hace desde la teoría, sino desde la experiencia que da haber acompañado durante años a personas en la búsqueda de sus raíces.
Vive en Mendoza, Argentina, pero su mirada abarca territorios más vastos: los del pasado, los del alma, los del sentido de pertenencia.
Voluntaria de FamilySearch
Desde hace ocho años es voluntaria en FamilySearch, una organización sin fines de lucro que conecta a millones de personas con su historia familiar. La plataforma ofrece herramientas que permiten construir árboles genealógicos a partir de registros históricos digitalizados.
Su base de datos es una de las más grandes del mundo, y abarca desde actas civiles hasta censos, fotografías, cartas antiguas y documentos migratorios. Pero Suriano insiste en que la riqueza del trabajo no está solo en los archivos.
El primer acercamiento de Suriano a la genealogía fue gracias a la búsqueda de su propia historia familiar; “provengo de una familia migrante del sur de Italia, quienes me dieron su amor por conocer a mis ancestros maternos, con una historia muy dura de vida”.
